• ONG y Empresa ¿un futuro compartido?

Las empresas y las diferentes tipologías de ONGs (sobre todo asociaciones en nuestro país) han tenido siempre una delimitación muy marcada. Esto tiene que ver fundamentalmente con su objeto fundacional. Mientras las empresas nacen para perseguir el beneficio individual, las Organizaciones no Gubernamentales lo hacen para conseguir beneficios colectivos. Este hecho fundacional las separa ya que perseguir un beneficio u otro impregna todas las facetas de su actividad pero ¿realmente estamos tan alejados?

Partiendo de esa separación tan marcada en el pasado, la realidad es que a día de hoy se aprecian elementos de convergencia entre ambas. En vez de profundizar en sus diferencias se está incidiendo en compartir sus similitudes y aprender unas de otras. Esto lleva a la progresiva socialización de las empresas y a la profesionalización de las asociaciones.

En las empresas ha habido una gran evolución con el paso del tiempo. Mientras antiguamente lo “normal” era que estas buscaran sus beneficios “por encima de todo”, hoy están siendo cada vez más conscientes de que esa fórmula está agotada. Tanto las personas como el planeta necesitan de empresas implicadas con su desarrollo sostenible.

Este cambio surgió con la llamada Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Las empresas que empezaban a ser conscientes de su impacto sobre la sociedad crearon estas áreas para comenzar a limitar su impacto negativo y compensarlo con acciones positivas. La RSC fue evolucionando paulatinamente pasando de ser áreas aisladas a convertirse en trasversales a toda la organización.

Hoy en día ya existen incluso “empresas sociales” es decir, empresas en las que el beneficio particular queda apartado en un segundo plano en favor del beneficio colectivo. Además muchas de estas organizaciones están demostrando que se puede conseguir ser rentable al mismo tiempo que se es sostenible sirviendo de modelo para las demás.

Es importante reconocer el papel fundamental de las ONG en este cambio ya que ha sido posible gracias a su visión a largo plazo, a sus esfuerzos de concienciación y su trabajo en el día a día para trasformar la sociedad. Las empresas han aprendido y siguen aprendiendo de estas organizaciones pero este aprendizaje de enriquecimiento mutuo debe ser bidireccional.

Por otra parte, las empresas llevan desde sus inicios persiguiendo la eficiencia, es decir, el “arte” de hacer más con menos. Han invertido muchos recursos en avanzar en una cultura organizacional que les reporte productividad. Es algo natural ya que la competencia entre ellas les exige una innovación continua ya que de ello dependen sus márgenes de beneficios. Las ONGs no se rigen por esta lógica ya que su función no es competir y no tienen márgenes de beneficios que maximizar, entendiendo estos como los individuales pero si que tienen un beneficio que maximizar, el colectivo.

Si partimos de la base de que la eficiencia en estas organizaciones si que tiene una razón de ser, cuanto más seamos capaces de hacer con menos recursos mayor será el beneficio colectivo, debemos importar a nuestras organizaciones las innovaciones que se han generado en el mundo empresarial. La cultura del management, la planificación de estrategias, los mecanismos de medición y control, la calidad en los procesos, el marketing como herramienta de concienciación, el Project management para desarrollar nuestros proyectos, etc. deben estar en la caja de herramientas de nuestra gestión.

Las asociaciones, como Red Arrayan, podemos y debemos hacer un esfuerzo en implantar esta cultura y estas metodologías aprendiendo del mundo empresarial pero sin perder el norte de qué es lo que nos diferencia. Sin olvidar que nuestros resultados no se miden en el balance de final de ejercicio sino en el impacto positivo que dejamos en la sociedad y su entorno.

Las grandes organizaciones, tanto empresas como ONGs ya han comenzado este camino de convergencia, principalmente porque cuentan con la capacidad y los medios para andarlo. Somos las más pequeñas, de los dos sectores, las que tenemos el reto de buscar los medios para abordar estos cambios y si es posible apoyarnos unas y otras para lograrlo.