Dos conceptos, la sociedad en red y el win-win que tienen mucho que decir en el actual desarrollo sostenible del medio rural.
Hace ya mucho tiempo que se termino el absolutismo, es decir la concentración del poder en un único sujeto. Desde entonces y paulatinamente este poder se ha ido descentralizando, repartiéndose entre diferentes esferas. Si bien es verdad que solemos pensar que el poder (ese que puede utilizarse para cambiar cosas) esta en las instituciones, en las administraciones públicas, infravaloramos hasta que punto este poder se encuentra repartido. Esto no quiere decir que la esfera pública no siga ostentando una gran parte, pero no toda.
Cada vez podemos ver como coexisten un gran número de elementos que también tienen poder para cambiar cosas. Los agentes sociales (empresas y sindicatos) por ejemplo en materia laboral, medios de comunicación, asociaciones, ONGs, plataformas ciudadanas, etc. Es verdad que todas ellas no tienen la capacidad de legislar pero si pueden influir de manera cada vez más directa sobre las administraciones. Además de todo aquello que pueda llevarse a cabo sin necesidad de estar publicado en un Boletín Oficial.
Pero estos focos de poder no operan de manera independiente, es decir, cada uno de ellos por si sólo no tiene la fuerza suficiente para llevar a cabo un cambio, por lo que necesita la cooperación de otros que sumen la masa critica necesaria para hacerlo posible. Esta interdependencia los convierte en parte de algo mayor, en nodos de la “Sociedad en Red”.
Todo avance, aquí ya hablamos directamente del desarrollo del medio rural, necesita suscitar las suficientes colaboraciones para poder tener éxito. Administraciones, empresas y las distintas agrupaciones de la sociedad civil tenemos que ponernos de acuerdo para llevar a cabo iniciativas conjuntas que mejoren sustancialmente nuestro medio rural.
Cada vez se hace más necesaria la cohabitación de diversos actores en los mismos proyectos e iniciativas de desarrollo. Aquí suele surgir un problema. Cuando unimos diferentes sujetos con el interés razonable del beneficio individual nos encontramos con que surge la competencia entre ellos y la cooperación se degrada. Todos queremos el mayor trozo del “pastel” y obviamente eso no es posible.
Llegados a este punto retomamos el segundo concepto que da nombre a este artículo: “win-win”. En Teoría de Juegos este concepto hace referencia a aquellas situaciones en las que los “jugadores” obtienen más cooperando de lo que obtendrían por separado. Habitualmente estamos acostumbrados a los llamados “juegos de suma 0”. Estos juegos se basan en que para que uno gane 10 (un ejemplo) otro tiene que perder esas 10, o sea -10. Si sumamos lo que uno gana y otro pierde la suma es 0.
Tenemos que cambiar el enfoque a la hora de plantear las fórmulas de cooperación. No todas las situaciones tienen por que ser juegos de suma 0 sino que planteándolas de otro modo podemos establecer estrategias para que todas las partes sean ganadoras sin detrimento de las demás.
El desarrollo del medio rural necesita integrar de manera profunda estos conceptos para subir un peldaño más su nivel de éxito. Debemos asumir que todos nos necesitamos mutuamente y aprender a que eso en vez de ser un problema acabe siendo la solución.